El sábado 25 se realizó el Encuentro Nacional de Inclusión y Cultura en el Estadio Marista del Instituto O’Higgins en Machalí, Rancagua. La actividad, organizada por ONG LabSocial con el patrocinio de Senadis y la Municipalidad de Rancagua, tenía como objetivo generar un espacio para dialogar sobre la inclusión de personas en situación de discapacidad en la sociedad.

Durante todo el día se desarrollaron tres conversatorios sobre el tema: Inclusión Laboral, Inclusión Social e Inclusión Laboral. En la primera charla, Sebastián Fuentes (joven con hipoacusia colaborador de Wallmart) y su jefe Miguel Barrera contaron las dificultades de incorporar a una persona en situación de discapacidad a trabajar atendiendo a público. “A veces las personas hablan mal y no les entiendo. Pero a los niños les gusta mucho que hable en lengua de señas”, comentó Sebastián a modo de ejemplo, con el apoyo de una intérprete. Por otra parte, la psicóloga de Fundación SOMOS Francisca Córdova, destacó la importancia de que las empresas consideren los talentos de sus colaboradores en situación de discapacidad, y que les ofrezcan retos atractivos en el trabajo. Laura Cabello, presidenta de Fundación Ave Fénix, comentó que formaron esa organización cuando se dieron cuenta de que era necesario apoyar la inclusión laboral de personas en situación de discapacidad una vez que salían de colegios especiales. Ricardo Urzúa, colaborador de Jumbo con Síndrome de Down, habló sobre los desafíos que ha debido enfrentar ante clientes poco empáticos. Además, Gemán Briones, director ejecutivo de ONG LabSocial comentó el proceso de inclusión que ha vivido la organización al contar con un colaborador con Síndrome de Down.

El segundo conversatorio sobre Inclusión Social, contó con la exposición de Maximiliano Gaete, fonoaudiólogo de Corporación Coocende, quién abordó los desafíos que plantea el envejecimiento de calidad en las personas en situación de discapacidad intelectual. Por su parte, Patricia Fuentealba, fundadora de Fundación SOMOS, comentó su experiencia personal al enterarse en el parto que su hija Maite tenía Síndrome de Down.

El tercer conversatorio fue sobre Inclusión Educacional. Cristián Infante expuso sobre la experiencia de la Vicaría para la Educación del Arzobispado de Santiago, que estudió modelos inclusivos europeos para adoptarlos en sus colegios. Por su parte, Francisca González, de la Corporación Municipal de Rancagua, explicó que el foco del Ministerio de Educación es lograr que en el futuro las etiquetas desaparezcan y los colegios sean comunidades inclusivas, donde los alumnos en situación de discapacidad cuenten con el apoyo de compañeros tutores. Carlos Silva, de Fundación SOMOS, explicó por qué el tratamiento temprano de las necesidades de personas con discapacidad hace toda la diferencia para su futuro. Por último, Carolina Espínola, directora de la Escuela Especial Juan Tachoire, comentó la importancia de que las familias incorporen la inclusión en su dinámiga, también exigiendo autonomía y sin ponerles limitaciones.

Además de los conversatorios, tres personas en situación de discapacidad dieron su testimonio: Emanuel Ortiz, no vidente miembro del Bafochi destacó que a las personas con discapacidad hay que mirarlas con orgullo, no con lástima. Chin Lu Chang, ingeniera comercial UC con discapacidad visual, animó a no dejarse vencer y ser “tercos y patudos” en la vida. Por último, la profesora básica sordomuda Carolina Lagos abordó las dificultades de comunicación en niños sordos con sus papás, porque la mayoría de los padres se niegan a aprender lengua de señas.

Los asistentes también disfrutaron de entretenidos talleres, tales como pintar maniquíes, ciencia inclusiva, yoga, pintura en horma de zapatos, baile entretenido, música y pintar con lápices. Durante el almuerzo, el grupo inclusivo Música Para Todos realizó una presentación musical, con instrumentos tribales y clásicos. Además, organizaciones tales como la consultora Adecco y Hogar de Cristo participaron con stands para contactar a personas en situación de discapacidad en busca de oportunidades laborales, de cara a la implementación de la Ley de Inclusión Laboral que exige a empresas con más de 100 empleados contratar un 1% de colaboradores con alguna condición de discapacidad. El encuentro contó también con espacio para emprendedores relacionados a la inclusión, quienes mostraron y vendieron sus productos.